La historia es pasado, presente y futuro.
Se cumplió un nuevo
aniversario de aquel nefasto 6 de Septiembre de 1930, en que fue derrocado
Hipólito Yrigoyen.
Aquel gobierno que
había expresado a partir de 1916, el avance de las clases medias incorporadas a
la vida política, a través del sufragio secreto había formulado y llevado a la
practica también una política exterior soberana y latinoamericanista, al tiempo
que había facilitado la renovación educacional dando apoyó a la reforma
universitaria.
Hacia 1930, ese
radicalismo que nada tiene que ver con el de hoy, (salvo honrosas excepciones)
intentaba sancionar la ley de nacionalización del petróleo y negociaba un
convenio comercial con la Unión Soviética, cuando las fuerzas oligárquicas se
conjugaron para arrinconarlo y voltearlo. El golpe del 30, tuvo “olor a petróleo”.
Debemos recordar que junto a los generales fascistas, (Uriburu) se movían entre
bambalinas los generales seudodemocráticos (Justo, entre otros) mas los hombres
del nacionalismo reaccionario, como Carlos Ibarguren y Sánchez Sorondo,
liberales oligárquicos como Leopoldo Melo al que se sumaba el viejo tronco
Socialista como en la actualidad la historia se repite, a veces como drama y
otras como tragedia.
Los defensores de
la democracia en abstracto complotaban el funcionamiento de la autentica
democracia, cuando esta se expresa a través de un caudillo popular, que toca
sus privilegios económicos en detrimento de las mayorías populares lo derrocan.
Los argentinos
parecen haber asumido hoy que “Nunca mas” han de producirse experiencias
cívico-militares que reprimen al pueblo, destruyen el aparato productivo y
endeudan al país en el exterior. Pero también esta llegando el momento de
recapacitar y discutir acerca de que la democracia no se reduce a la discusión
parlamentaria y las periódicas elecciones, sino a un autentico gobierno del
pueblo y para el pueblo con democracia participativa, capaz de dar respuesta a
los problemas sociales y económicos, defender nuestros recursos como país
soberano e impulsarlos hacia una Argentina mas justa y solidaria. Yrigoyen fue,
en nuestra historia, uno de los tantos que intento recorrer ese camino
enfrentando “al régimen falaz y descreído”. ¿Pasa lo mismo hoy con ese
Movimiento Nacional centenario?¿ Se doblo y se rompió. Por eso, su
derrocamiento debe recordarse como una página negra de nuestra historia – ¿de
que grieta me hablan los neoliberales? Si la vienen fomentando desde los orígenes
mismos de nuestra nacionalidad.
Nelson R Coronel,
para el Ateneo Arturo Jauretche
No hay comentarios:
Publicar un comentario