12/5/15

SON MUCHAS Y VARIADAS LAS FORMAS DE LA VIOLENCIA EN EL FUTBOL



Entrevista a José Garriga Zucal, coompilador del libro "Violencia en el fútbol. Investigaciones sociales y fracasos políticos" (Editorial Godot), y autor del artículo "Cartografías de la(s) violencia(s)". "Hay que trabajar con todos los actores del mundo del fútbol para prevenir formas de violencia que no son de la barra, espectadores y policías que cometen actos de violencia que quedan invisivilizados", describió.
Por Juan Ciucci

 



APU: ¿Cómo surge la idea del libro?
José Garriga Zucal: Durante el año 2012 habíamos intentando - los investigadores que forman parte del libro y otros colegas- a través de un documento sugerir políticas de prevención de la violencia y fracasamos al no lograr interpelar a ninguno de los encargados de la gestión en estos temas. Mandamos el documento a todos los medios de comunicación y algunos se hicieron eco pero en general nos ignoraron; o peor nos malinterpretaron. Mandamos el documento a algunos diputados y a los organismos de seguridad, sin lograr que nos escuchen. Ante ese fracaso empezamos a pensar un libro que de cuenta de lo que sabemos sobre el tema y de algunas posibilidades de intervención.
APU: ¿Por qué habla de "violencia(s)" en el fútbol? ¿Cómo puede definírsela?
JGZ: Se habla de violencias porque son muchas y variadas las formas de la violencia en el fútbol. Comúnmente se reduce toda la violencia a las prácticas de las llamadas "Barras Bravas" olvidando otras prácticas violentas. En esta operación las formas de violencia de los hinchas que no son de las barras y las prácticas de las policías, por ejemplo, se olvidan. Es necesario, entonces, entender y conocer todas las prácticas, para poder así pensar políticas eficaces de prevención.
APU: ¿Por qué puede hablarse de "formas culturales" que sustentan las violencias en el fútbol?
JGZ: Decimos que la violencia en el fútbol es legitimada por actores que en muchas ocasiones la cuestionan o la repudian. Los periodistas, los dirigentes, los futbolistas y los espectadores, no siempre ni todos, pero muchas veces terminan validando formas de violencia al confundir el folklore del fútbol con la violencia. Se piensa al fútbol como una guerra y no como un juego, se canta que hay que matar a un rival, etc, validando y creando la posibilidad de la violencia en el fútbol. Esas son las formas culturales que sustentan la violencia; esos son los valores que se deben cambiar para deslegitimar la violencia.
APU: En su texto hace mención a que las fallas de la gestión de la seguridad son el resultado de enfoques erróneos. ¿Cuáles serían esos enfoques?
JGZ: Hay dos enfoques erróneos. Uno, reducir la violencia a las barras bravas y no pensar políticas de prevención integrales que trabajen con todos los actores del mundo del fútbol. Dos, pensar como única política de intervención la judicialización de la violencia. Como se cree que los únicos violentos son los barras y que con estos no se puede intervenir en la prevención - ya que sus prácticas o son sinónimo de locura o muestra de la búsqueda de intereses materiales - no se hace nada más que reprimir cuando la violencia se desata pero nunca intervenir para que esta no acontezca. Hay que trabajar en la prevención con las barras para deconstruir los valores positivos de la violencia, para cambiar las formas que recubren la violencia y hay que modificar los lazos espurios que vinculan a dirigentes políticos y de las instituciones con las barras.
APU: ¿Cómo podemos pensar a futuro una política de prevención de las violencias en el fútbol?
JGZ: Repito. Hay que trabajar con todos los actores del mundo del fútbol para prevenir formas de violencia que no son de la barra, espectadores y policías que cometen actos de violencia que quedan invisivilizados. Hay que trabajar, también en deslegitimar la violencia en el fútbol; trabajar con espectadores, periodistas y jugadores para mutar la validez para con la violencia. Hay que formar agrupaciones de espectadores donde la violencia no tenga cabida y compitan con las barras para generar espacios de pertenencia que no estén determinados por la violencia. Hay que empezar a pensar en la prevención, un camino largo pero no imposible.
Fuente: Agencia Paco Urondo para el Ateneo Arturo Jauretche.

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