La historia es pasado, presente y futuro.
Un 13 de diciembre
pero de 1828, caía asesinado en Navarro, provincia de Buenos aires, Manuel Dorrego
bajo las balas del pelotón de fusilamiento por orden del general Lavalle. Esta
fue la sentencia inapelable del grupo conspirador cívico militar que derroco al
gobierno legítimo de Buenos Aires y al jefe del ejecutivo nacional, por delegación
de las provincias el 1/12/1828. Pensaron que con su ejecución se pondría fin a
esa idea de federalismo y republicanismo sobre bases democráticas y de sufragio
universal, como postularon ya desde 1810 los hombres de Mayo especialmente
Mariano Moreno y su Plan de Operaciones.
Pero veamos quien
era Dorrego, este personaje olvidado por la Historia Oficial Mitrista. Dorrego
fue un ciudadano de Buenos Aires que se sumo a la lucha armada contra el
Imperio Español, alistándose en el ejército patriota, tal como lo hicieron
Belgrano y tantos otros.
Su grado de coronel
se lo gano en los campos de batalla. Salta y Tucumán contaron con su actuación
decisiva para que se produjeran los triunfos de las armas patriotas. Belgrano
dijo que “si en Vilcapugio y Ayohuma hubiera estado Dorrego, no hubiéramos sido
derrotados”. Antes estuvo en Chile
luchando y colaborando con la Junta chilena y posteriormente, en 1817,
desde su exilio en Estados Unidos –en Baltimore- participo junto a los
patriotas colombianos en la invasión de la isla Margarita, dentro de la estrategia
bolivariana de la lucha americanista de justicia y libertad.
Luego, en Febrero
de 1826, desembarco en Colonia (Uruguay) con los 33 Orientales de su amigo
Lavalleja, para recuperar ese territorio nacional en manos del Imperio
Brasileño. Fue diputado de Buenos Aires 2 veces y desde allí lucho
políticamente a favor de una democracia republicana y federal. Fue el fundador
del partido Federal, porque pensaba que era la forma de gobierno más idónea
para regir los destinos de nuestra joven Nación. Lucho desde la Asamblea
Constituyente de 1826 por estas ideas, alertando del enorme error político en
el que incurrirían si aplicaban el sistema unitario a todas las provincias, en
su mayoría de concepción federal.
Denuncio el primer
gran negociado de la Historia Argentina: el del oro de Famatina y el
consecuente primer empréstito con la Baring Brother.
Dorrego suspendió
los pagos hasta nuevo aviso cuando asumió como gobernador en 1827. Quizás esto
le costo la vida, porque en este escándalo estaban Rivadavia, Agüero y del
Carril, los futuros golpistas.
En síntesis: sus
pensamientos e ideas son los antecedentes más consistentes para la etapa
fundadora de la construcción democrática de nuestra Nación y que indudablemente
dejaron su huella a través del largo y penoso camino democrático de nuestra
Patria.
Nelson Coronel para el Ateneo Arturo
Jauretche
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